jueves, 11 de febrero de 2016

Tomando el camino corto para combatir una plaga.

Imagen. Isla de Borneo.
Allá por los años 50 y 60 la malaria estaba causando estragos en Borneo entre la población local por lo que la OMS decide fumigar con DDT. Este producto se encuentra prohibido desde hace décadas por ser muy agresivo con el ser humano y el medio ambiente, además de su poder residual.
Esta agresividad y su poder residual fueron los causantes de esta tragicómica historia que les estoy contando. El DDT resulto ser muy efectivo para combatir a los mosquitos portadores de la malaria en Borneo. Y millones de cadáveres de estos insectos comenzaron a ser devorados por las cucarachas, la abundancia de alimentos hizo que éstas se multiplicaran sin que el DDT las afectara; las cucarachas con las panzas llenas de mosquitos y sin la escasez de alimentos se reprodujeron en números increíbles lo que hizo que las lagartijas, su enemigo natural tuviera también abundante comida y también aumentaran sus números.
Los químicos de la fumigación transmitidos de los mosquitos a las cucarachas y luego a las lagartijas afectaron a estas últimas atontándolas y haciéndolas presas muy fáciles para los gatos. Los pobres felinos no tuvieron tanta suerte y comenzaron a morir por causa del DDT acumulado en las lagartijas.
Los gatos fueron diezmados por esta causa y esto trajo la era de las ratas que vieron desaparecer a su enemigo natural convirtiéndose en una plaga infernal ya que éstas eran inmune a los químicos del DDT. Luego de luchar infructuosamente contra las ratas por varios años se decide importar durante años miles de gatos para que se encarguen de ellas.
Todo este tiempo la malaria no causó problemas pero las ratas trajeron la peste bubónica entre otras enfermedades, con el tiempo los gatos dominaron a las ratas y al acabar con ellas, ellos mismos se convirtieron en una plaga y la solución fue simple, importar perros (es en serio) y los canes controlaron a los gatos.

Imagen. Mosquito de la malaria. 

No he podido averiguar que pasó con estos perros, pero de seguro causaron sus problemas. Por lo general el camino corto y fácil para resolver los problemas no resulta, todo lo que vale la pena lleva trabajo y sacrificio; y luchar contra la malaria también. Paralelamente a todo esto el DDT también exterminó a un tipo de avispa que era quien mantenía a raya a las termitas y otros insectos que también dieron sus propios problemas a la gente local devorando sus viviendas.
Resumiendo. El DDT mató a los mosquitos, las cucarachas se comieron sus cadáveres, las lagartijas comieron cucarachas y los gatos lagartijas. Las ratas florecieron trayendo consigo nuevas enfermedades y fueron controladas por gatos extranjeros que a su vez cayeron bajo el poder de los perros, también extranjeros. Hasta que me tope con esta historia pensaba que lo mas curioso de esta isla es que estaba repartida entre tres países.


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